domingo, 30 de mayo de 2010

Estrategias para el desarrollo sustentable

Ensayo
Un mundo árido y triste les espera a las generaciones venideras, si los habitantes de este planeta no tomamos conciencia de la necesidad de preservar nuestros recursos naturales.

El inicio de la Revolución Industrial con sus inventos y adelantos tecnológicos, dio al mundo la expectativa de un mundo prospero, pero también el principio de un mundo que llegaría a contaminarse indiscriminadamente; quizá nunca se pensó que los adelantos tecnológicamente tuvieran tanta trascendencia en la vida del hombre. Si bien ha obtenido logros es cierto que los desechos tóxicos en todas sus presentaciones están invadiendo nuestros mares, océanos, ríos, lagos y todo tipo de ecosistemas poniendo en peligro la vida de nuestro planeta.

Hoy más que nunca debemos tomar conciencia del peligro que corre nuestro mundo, pues las pruebas están dadas, muchas especies animales y vegetales han desaparecido y muchas de ellas están en vías de desaparecer; las grandes ciudades se han convertido en verdaderos focos de contaminación poniendo a sus habitantes en un peligro latente de enfermedad y muerte.

Cuando se observa un paisaje natural en el que prevalece una mezcla de los más variados colores, olores y sonidos, produce una sensación de armonía y bienestar; trasporta a un estado de relajación inmediato, mismo que se ve reflejado en el actuar de los seres humanos ayudando a tener mejores resultados en la vida cotidiana. Sin embargo, hoy en día es un privilegio el tener la posibilidad de hacer contacto con este tipo de lugares.

Con el crecimiento acelerado de la población, los espacios naturales han disminuido en un porcentaje considerable, en la actualidad es común encontrar conjuntos habitacionales, invernaderos, áreas agrícolas y de pastoreo en donde antes existía un ecosistema natural. De tal suerte que, la acción humana ha alterado el planeta en su estado natural provocando un cambio climático notable y la extinción de varias especies animales y vegetales; situación que a su vez desencadena un desequilibrio en el eslabón alimenticio así como en los procesos meteorológicos.

Es cierto, que en la actualidad hay una gama de comodidades gracias al desarrollo tecnológico, pero debemos poner en una balanza y equiparar tanto el bienestar social como el cuidado ambiental. Retomando el comentario del Presidente de la República Mexicana, Felipe Calderón Hinojosa, “hay que asumir como premisa la búsqueda para México del desarrollo humano sustentable; esto es, del proceso permanente de ampliación de capacidades que permita a todos los mexicanos vivir una vida digna sin comprometer el patrimonio de las generaciones futuras”. (Universidad de Colima, 2006).

Por otra parte, este término acuñado en 1987 por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el desarrollo llamada Comisión Brundtland, sobre el desarrollo sustentable, se define como aquel que “Satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.

Es decir, que es de vital importancia promover e implementar todas las acciones que permitan a todos los ciudadanos vivir con calidad, sin que por ello se haga un uso indiscriminado de los recursos naturales renovables y no renovables; ya que se debe pensar en las futuras generaciones. En los medios masivos de comunicación, se da a conocer día a día los avances más trascendentales en materia de desarrollo científico y tecnológico, de igual modo, los desastres naturales que han ocurrido en los últimos años forman parte de los titulares más comentados, pero poco se insiste en hacer una conciencia del cuidado y preservación del medio ambiente.

Así como existen medios de comunicación y organizaciones que poco valor le dan a la difusión a este tema de suma importancia además de vital y fundamental para cada uno de los seres vivos que habitan en este espacio. También coexisten organizaciones cuyo objetivo es establecer una red global de líderes mundiales, con conciencia evolutiva (personal, social, política y ecológica), conocidos como “creativos culturales”, que promueven, de manera novedosa, soluciones a los actuales retos mundiales hacia una humanidad sostenible. Entre las acciones colegiadas que llevan a cabo para contribuir en el cuidado y preservación de los recursos de la tierra destacan las siguientes responsabilidades que de forma organizada y comprometida lo sumen:
 Conformar omisiones sobre globalización.
 Asumir actitudes de iniciativa sobre la Ética Global.
 Coexistencia y Creación de Comunidad.
 Planear, organizar, controlar y dar seguimiento a programas de Liderazgo emergente.
 Tener Iniciativa en Igualdad de Derechos.
 Llevar a cabo en las instituciones educativas programas que abonen en la conducta de los estudiantes para que fomenten el amor a la tierra madre obteniendo niños y jóvenes con aprendizajes integrales.
 Iniciativa sobre Toxinas Químicas.
 Iniciativa sobre Eliminación armas nucleares.

Estas instituciones tienen una ardua tarea en la concientización en el cuidado de los recursos naturales que fortalecen el planeta, sin duda alguna es una tarea difícil ya que los hábitos que se tienen en la mayoría de las personas es la comodidad y/o mediocridad por llevar a cabo una acción. Ejemplo de ello es no dejar la basura en su lugar, sino en el lugar que este más cercano. Mezclar la basura porque es más rápido el proceso en la recolección de la misma, en lugar de separarla de manera comprometida, lavar los automóviles y desperdiciar el agua de gran manera, en vez de cuidarla. Se pueden enlistar decenas de hábitos que afectan de manera directa e indirecta al medio ambiente y al ecosistema. Estos hábitos tristemente se han fomentado desde el seno de los hogares.

Después de observar documentales y videos relacionados con el estado actual del planeta surge un sentimiento de preocupación, la verdad no le hemos dado la suficiente importancia a la situación que vive nuestro planeta. Aunque todos hablamos y nos quejamos de los efectos del calentamiento global, creo que no estamos haciendo lo que nos toca como individuos pertenecientes al ecosistema; estamos en una postura tan indiferente, que pareciera que el tema no nos atañe en lo más mínimo. Son realmente preocupantes los efectos que hemos provocado con tantos años de irresponsabilidad como seres humanos, buscando satisfacer nuestras necesidades sin preocuparnos por las consecuencias de nuestras acciones.

Es necesario que al término de la materia de Estrategias para el Desarrollo Sustentable, todos logremos modificar aquellas acciones que perjudican al medio ambiente y por ende el futuro de nosotros mismos y lo más importante, el de nuestros hijos. Para ello es necesario, en primer instancia reflexionar y tomar conciencia de las circunstancias ambientales, o como lo afirma Mario Molina, Premio Nobel de Química (1995), afirma que para conseguir un medio ambiente sustentable, primero hay que estar conscientes de la necesidad de tenerlo, lo cual implica un valor ético de respeto a la naturaleza y de vivir en armonía con ella. Como sociedad tenemos que estar convencidos de que hay que dejar un legado a las futuras generaciones, de la misma forma que nosotros recibimos un legado que nos permite tener un alto nivel de vida. Sin embargo, hay problemas ambientales que ya nos están afectando hoy en día, por ejemplo, si no hubiéramos hecho nada respecto al problema del ozono, ya tendríamos una crisis global.

Además, menciona que se debe generar una cultura de conocimiento entre todos los tomadores de decisiones y comunicarles los resultados de estudios serios tanto científicos como económicos para poder convencerlos de que resulta menos costoso invertir en investigación científica y en la construcción de una cultura ecológica preventiva, que acumular esos costosos por perdidas (Universidad de Colima, 2006).

Así que las condiciones actuales del planeta son motivo de estudio por parte de la comunidad científica, en un intento por explicar y predecir fenómenos naturales y meteorológicos para evitar desastres humanos y económicos. Dicha perspectiva está tomando auge a nivel gubernamental y de manera especial en las organizaciones internacionales, quienes a su vez intentan implementar estrategias para crear una conciencia ecológica en el marco del desarrollo sustentable.
Entre las múltiples estrategias se puede mencionar desde proyectos a nivel universitario, generando acciones pero también recursos humanos que compartan está visión a futuro; legislando en diversos rubros para la protección del medio ambiente; conjuntando acuerdos internacionales donde los valores y las acciones propuestas se basen en el respeto a la naturaleza, la justicia económica, la paz y los derechos humanos. Además ha ido incorporando a la currícula educativa contenidos y/o materias que promuevan esas actitudes de responsabilidad y conciencia ecológica.
Por ejemplo, en 1987 la Comisión Mundial para el Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas hizo un llamado para la creación de una Carta que tuviera los principios fundamentales, para el Desarrollo Sostenible, presentándose en 1992, una primera iniciativa. Después de varias presentaciones, el lanzamiento oficial de la Carta fue el 29 de junio del 2000, en el Palacio de la Paz en la Haya Holanda, iniciando una nueva fase, cuya misión fue establecer una base ética sólida para la sociedad global emergente que ayudara a crear un mundo sostenible basado en el respeto a la naturaleza, los derechos humanos, la justicia económica y una cultura de paz (Universidad de Colima, 2006).

Más tarde, en 1988, se publica la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), en México dio inicio un nuevo periodo, en el cual se añadieron a las prioridades de Estado existentes: combate a la inflación, ajuste macroeconómico recesivo, apertura comercial y privatización económica, el desarrollo sustentable.8 Dentro de esta Ley, se reunieron un conjunto de herramientas jurídicas que han hecho posible los avances en torno a la gestión ambiental, ya que no sólo regulan la contaminación ambiental, sino que también incorpora el tema del uso sustentable de los recursos naturales. Además, existen otros ordenamientos que regulan conductas que inciden en la protección de medio ambiente como son la Ley de Vida Silvestre, la Ley Forestal, la Ley de Pesca, la Ley de Bienes Nacionales que ordena la Zona Federal Marítimo Terrestre, la Ley de Aguas Nacionales, entre otros.

Estos documentos han dado origen a una legislación que debiera vigilar el cumplimiento del cuidado ambiental. En México se ha buscado instaurar un régimen jurídico normativo, que coordine las problemáticas ambientales y la utilización sustentable del stock de capital natural, previendo que el grado de capacidad de dichas normas y su aplicabilidad hagan de ellas mecanismos efectivos de preservación del ambiente y de los recursos naturales (Escobar Delgadillo, 2007).

En este mismo sentido, la Carta Magna establece en su articulado diversas disposiciones de carácter ambiental que son la base del sistema jurídico actual. Es importante mencionar que a partir del artículo 27, que se refiere a la conservación de los recursos naturales, se ha dado suma importancia al medio ambiente.

Otros proyectos que se han puesto en marcha durante el periodo comprendido entre 1992 y 2006, tan solo en el Estado de Colima, son el Programa de Ecología, la Planta Recicladora de Plástico, el Programa de Agricultura Orgánica, Programa de Ahorro de Energía, Sistema Universitario de Gestión Ambiental, entre otros.

Por otra parte, el Gobierno de México también discute y trabaja en este tema de vital importancia, es decir, en Talleres para determinar la Visión del país en función del Desarrollo Sustentable hacia el 2030, se ha abordado como temáticas principales la energía, el agua, los bosques, la biodiversidad, costas e industrias. Cabe puntualizar que desde la perspectiva gubernamental, según se hace mención en el “Proyecto de Gran Visión. México 2030”, la situación que guarda el medio ambiente y los recursos naturales del País, así como el estado de gestión ambiental y el desarrollo institucional en función del desarrollo Sustentable, en el presente no se percibe como grave, pero la condición de agravamiento en materia de energía, agua, bosques, biodiversidad, costas e industrias, de no ser atendidos estratégicamente, incidirán en que la Visión de Desarrollo del País hacia el 2030 no sea alcanzada (Gobierno Fedral de los Estados Unidos Mexicanos, 2006).

En el tema de la energía, se perfila a mediano plazo, la reducción en la producción del petróleo, siendo pertinente la búsqueda de energías alternas; en relación al agua, la demanda de consumo humano en zonas urbanas, enfrenta una situación que requerirá de una estrategia de abasto, debido a las condiciones de precipitación en México y a los cambios climáticos como consecuencia del deterioro ambiental.
Por su parte los Bosques son un recurso ligado a la disponibilidad y abasto de agua, así como a la mejora ambiental por su incidencia en el cambio climático mediante la captura de Carbono. La situación de deterioro que enfrenta México, con una tasa de deforestación de 700,000 hectáreas por años en oposición a 200,000 hectáreas de reforestación, es crítica y debe ser atendida a mediano plazo (Gobierno Fedral de los Estados Unidos Mexicanos, 2006).

Mientras que la biodiversidad requiere de una atención consistente e integral, la protección y uso de las costas necesita de normas y políticas que orienten su conservación; y finalmente, la industria como motor de desarrollo, debe prever situaciones como los residuos, emisiones atmosféricas y el creciente uso de energía.

En este proyecto, llama la atención como al inicio no se tipifica como grave la situación ambiental, pero conforme se desarrollan los temas se hace evidente la preocupación, ya que las acciones se proponen a mediano plazo.

Todas estas acciones dan muestra de que algo se está haciendo a favor del medio ambiente, pero aún falta mucho por ejecutar a nivel estatal, nacional e internacional, en este ámbito.

Hasta este momento, se ha presentado un panorama general acerca las estrategias para el cuidado y preservación del medio ambiente, con fundamento en el Desarrollo Sustentable, pero ¿qué se entiende por sustentable?.
El Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América, A. C., en el documento “Saber más…Desarrollo Sustentable” cita a Nebel y Wrigth (1999) para afirmar que el término sustentabilidad se utilizó por primera vez en relación con la idea de producción sostenible en empeños humanos como la silvicultura y la pesca. Pero el concepto se puede extender a otros rubros como el de la sociedad sostenible, esa que al paso del tiempo, no agota su base de recursos al exceder la producción sostenible, ni produce más contaminantes de los que puede absorber la naturaleza.

Decir que un sistema o proceso es sustentable significa que puede continuar indefinidamente sin agotar nada de los recursos materiales o energéticos que necesita para funcionar. La Comisión Mundial para el Desarrollo y Medio Ambiente, existen tres áreas principales de sustentabilidad:

1. Bienestar ecológico: Aire, Suelos y Agua.
2. Bienestar humano: Salud, Educación, Vivienda, Seguridad y Protección de derechos de la mujer.
3. Interacciones: Población, Equidad, Distribución de la riqueza, Desarrollo económico y Producción y consumo. (Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América A.C., S.F.)

Una vez aclarado el término de sustentabilidad, cabe trasladarnos a lo que estamos haciendo como individuos, y sobre todo como docentes para fomentar en nuestros alumnos, futuros ciudadanos, el aprecio, conservación y cuidado del medio ambiente.

Como ya se mencionó renglones arriba, una de las estrategias para crear conciencia en relación a este tema fue incluir en la currícula educativa una materia relacionada con problemas ambientales. Sin embargo, es pertinente revisar hasta dónde ha impactado en nuestros alumnos esos contenidos, que debieran manifestarse en lo ideal, en valores y actitudes de conciencia ecológica.

Aterrizando en el entorno escolar, propiamente la escuela y el aula, se observa que la mayoría de los alumnos tiran la basura donde primero se les ocurre o no respetan los pocos árboles de las instituciones. Pero retrocediendo un poco, también a nivel institución no tenemos la cultura de realizar campañas de limpieza, de cuidado de los árboles y de reforestación; estas como acciones mínimas no por ellos menos importantes en el tema a tratar.

Entre las acciones que se implementan a nivel a nivel municipal, estatal y nacional, se encuentran las cientos de campañas de reforestación, del cuidado del agua y del uso racional de la energía que se promueven día a día a través de los medios masivos de comunicación. De allí que, empresas privadas como BIMBO, TELEVISA, TV AZTECA Y GRUPO SALINAS, entre otras patrocinen dichas campañas con su doble intención: realizar acciones a favor del medio ambiente y a la vez hacer altruismo para “disminuir” o “evadir” impuestos.
A nivel institución escolar, también se realizan diversas campañas, desgraciadamente una vez que terminan estas, de nuevo se manifiestan los patrones de conducta que dañan y perjudican al medio ambiente.

En ese telón tan real, urge replantear nuestros propósitos y acciones educativas en material ambiental; en general volvemos a caer en lo mismo, falta mucho por hacer, y lo principal es tomar conciencia de ello.

Es necesario que autoridades educativas, de gobierno y padres de familia planeen acciones conjuntas que fortalezcan lo que cada ser humano hace por cuenta propia, que abonen e incidan de manera directa en lo que forja la otra parte. Los protagonismos en esta problemática están totalmente fuera de contexto, urge el requerimiento, iniciar, organizar campañas de conciencia sobre lo que dejamos de hacer para que nuestro planeta este en las mejores condiciones y por ende nos brinde lo mejor que tiene desde las aves que vuelan por los cielos hasta los peces de lo más profundo del mar, desde las plantas y árboles que día a día nos generan oxigeno hasta las plantas marinas que nacen en el agua del mar. Mismos que día a día son acechadas por la ingrata humanidad.

Es necesario que como guías, asesores, facilitadores, encauzadores y responsables de la educación de miles de niños y jóvenes que están ávidos de pertenecer a un mundo transparente en toda la magnitud de la palabra, apliquemos estrategias que impliquen acciones de compromiso con la naturaleza y el medio ambiente como parte de los aprendizajes que se deben adquirir en la escuela, contribuyendo a una educación integral que favorezca el crecimiento tanto profesional como personal en cada alumno.
Debemos tener presente que como docentes, impactamos fuertemente en la educación de nuestros alumnos, es por ello, que nuestras acciones son un ejemplo o modelo a seguir por nuestros educandos, recordemos que el ejemplo arrastra, por lo que es nuestra obligación contribuir con proyectos ecológicos escolares, que brinden una mejor calidad de vida.
En cada institución educativa se cuenta con apoyos por parte de diferentes empresas y otras instituciones que como parte de la vinculación, ofrecen recursos tanto económicos como materiales para diferentes tipos de proyectos escolares que abonen a la institución, por ejemplo, el CEFOFOR de ciudad Guzmán, ofrece gratuitamente arboles para reforestación en las escuelas de acuerdo a convenios realizados de vinculación, pero si nos preguntamos cuantas veces las diferentes instituciones educativas han gestionado este recurso, la respuesta sería desalentadora, ¿Qué hacen las autoridades de las instituciones educativas para contribuir al cuidado ambiental?, ¿Qué acciones preventivas se realizan para ofrecer crecimiento en infraestructura sin afectar las áreas verdes?, ¿Qué proyectos se tienen actualmente en cada institución como apoyo al cuidado del agua?, ¿Qué hacen las autoridades educativas para impactar en la concientización del problema ambiental que nos aqueja a todos?, ¿Qué apoyos brindan las autoridades educativas para que los docentes y alumnos con iniciativa realicen proyectos ecológicos?, las respuestas podrían ser variadas de acuerdo a cada institución educativa, pero la realidad es que las acciones por parte de los directivos son mediocres, carecen de conciencia que como seres humanos pertenecientes al ecosistema, les concierne y debería impactar de manera que utilizaran su autoridad para involucrarse en acciones que favorezcan el desarrollo sustentable.
El compromiso es de cada uno de los que habitamos en este mundo, debemos generar acciones mínimas perdurables de ahí que una acción mínima más otra mínima nos dará como resultado grandes acciones. Si tan solo analizáramos que durante 2007 nuestro planeta Tierra ha tenido que sufrir la emisión de ocho mil millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, la extracción de 90 millones de toneladas de peces de sus océanos, y la tala de once mil millones de árboles de sus bosques, podríamos darnos una idea de cuánto se puede llegar a contaminar el planeta tan solo con estas acciones. Así mismo, los países que cuentan con un balance más negativo, nos encontramos con China, que ha abierto una media de una nueva central térmica de carbón a la semana, superando por primera vez a los Estados Unidos en emisiones totales.
Por otro lado, el casquete polar Ártico está retrocediendo más de lo que vaticinaban incluso los informes más pesimistas, abriendo un nuevo motivo de polémica: la pelea de algunos países por hacerse con el control de la ruta marítima que se abriría en un Paso del Noroeste sin hielo. Y en tierra firme, la deforestación ha tenido un efecto importante, con casi el 50% de los bosques del planeta ya desaparecidos.
Sin embargo, muchos países, incluyendo algunos de los señalados por su mal comportamiento, se están esforzando por cambiar las cosas. Así, la misma China que no controla sus emisiones tóxicas, ha invertido 8.000 millones de dólares para construir la «Muralla Verde China», el mayor proyecto de reforestación del mundo, que se extiende más allá de 4.500 kilómetros.
Por su parte, el gobierno estadounidense va a poner en marcha un programa piloto de almacenaje subterráneo de dióxido de carbono, en el que se depositarán tres billones de toneladas de dióxido bajo el subsuelo de Norteamérica.

El compromiso es de cada uno de los que habitamos en este mundo, debemos generar acciones mínimas perdurables de ahí que una acción mínima más otra mínima nos dará como resultado grandes acciones.

Finalmente, desde esta posición se hace una exhortación a las autoridades gubernamentales y a los responsables de legislar, para que estructuren sus programas o proyectos en los que la concientización sea el móvil de ejecución, pero además, que contengan un apartado muy específico en el que se realice un seguimiento posterior a la implementación de campañas, para que las acciones sean permanentes y no temporales condicionadas por los medios de comunicación.

Dicho seguimiento permitirá dar continuidad a las acciones, y además tomar las medidas pertinentes en caso de que se trasgreda la naturaleza; es decir, aplicar la legislación y sus respectivas sanciones. El poner en práctica esta etapa de monitoreo, requiere de valores y actitudes para evitar caer en la corrupción; así la honestidad, la conciencia ecológica y la responsabilidad son fundamentales para ello.

En el hacer y acontecer de muchas cosas, el hombre es arquitecto que conjuga la ciencia y el progreso; pero también en ocasiones desborda sus proyectos y ambiciones, explotando de manera irracional los recursos naturales y desechando residuos industriales de manera irresponsable.
Pero no todo constituye solamente momento de nostalgia, pues mucha gente comparte la ilusión y los anhelos de poder contemplar nuevamente la transparencia cristalina de las aguas, el verdor de los bosques y el azul inmenso del cielo y los océanos.

Aportemos nuestro esfuerzo para conservar las diferentes formas de vida en el planeta, que otra vez se escuche el concierto de las aves, los insectos y el fluir de riachuelos y cascadas en los campos; por cada árbol que plantemos, por cada especie de la biodiversidad que respetemos, por cada porción del medio ambiente que no contaminemos, estaremos sembrando semillas, semillas de esperanza, que darán frutos suficientes de tal manera que alcance para nosotros, y aún para nuestros hijos y nietos.

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